El asiento más seguro del avión… según las estadísticas de accidentes
Cuando abordamos un avión, la mayoría de los pasajeros se preocupa por dos cosas: si habrá espacio para el equipaje de mano y si el asiento que les tocó será lo suficientemente cómodo para dormir. Muy pocos, en cambio, se preguntan: “¿Dónde debería sentarme para tener más posibilidades de sobrevivir en caso de accidente?”.
Aunque volar es estadísticamente el medio de transporte más seguro del mundo, los accidentes aéreos despiertan una fascinación (y un temor) que no tienen los autos ni los trenes. Por eso, diferentes universidades, aerolíneas y organismos de seguridad han investigado cuál es el asiento “más seguro” dentro de una cabina.
¿Qué dicen las estadísticas sobre la seguridad en los vuelos?
La Administración Federal de Aviación (FAA) y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos han recopilado datos de accidentes durante décadas. La conclusión general es clara: la supervivencia en un accidente depende de muchos factores, como el tipo de impacto, el fuego, la evacuación y hasta la rapidez de la tripulación.
Sin embargo, al analizar miles de casos, ciertos patrones se repiten. Un estudio publicado por la revista Time en 2015, basado en más de 35 años de datos de accidentes, mostró que los pasajeros sentados en la parte trasera del avión tienen un 16% más de probabilidades de sobrevivir que aquellos ubicados en la parte delantera. La diferencia puede parecer pequeña, pero en una situación límite significa mucho.
La parte trasera: donde las probabilidades aumentan
¿Por qué la zona trasera ofrece más posibilidades? En la mayoría de los accidentes, la parte frontal del avión suele recibir el primer impacto. Eso significa que los pasajeros cercanos a la cabina del piloto están más expuestos. En cambio, quienes viajan en las últimas filas tienen más margen de tiempo y distancia respecto al punto de colisión.
Además, en emergencias, donde es necesario evacuar, las salidas traseras suelen ser menos concurridas que las delanteras, lo que facilita escapar más rápido. De hecho, en el accidente de United Airlines en Sioux City, Iowa, en 1989, la mayoría de los supervivientes estaba ubicada detrás de las alas.
¿Importa estar en el pasillo o la ventana?
La ubicación lateral también juega un papel. Un estudio de la Universidad de Greenwich encontró que los pasajeros que se sientan a cinco filas o menos de una salida de emergencia tienen significativamente más probabilidades, sin importar si están en ventana, medio y pasillo.
Sin embargo, dentro de esas filas, estar en el pasillo da una ventaja adicional, ya que permite levantarse y salir más rápido, especialmente si la cabina se llena de humo. Por el contrario, los asientos de ventana ofrecen más protección inicial contra golpes, pero pueden convertirse en una trampa si los pasajeros de al lado, bloquean la salida.
El papel de las alas: ¿zona segura o peligrosa?
Muchos creen que sentarse sobre las alas es lo más seguro porque el avión es más resistente en esa zona: allí se concentran las estructuras más fuertes y los tanques de combustible. En algunos accidentes, esta teoría se cumple: los pasajeros sobre las alas tienen mayor probabilidad de salir ilesos por la rigidez estructural.
Pero hay un problema, si hay un incendio, las alas son también el lugar donde se concentra el combustible. En casos como el vuelo 123 de Japan Airlines en 1985, está ubicación fue de las más letales.
No todo depende del asiento
Es importante remarcar que la seguridad no está determinada únicamente por la ubicación. Factores como la rapidez con que reacciona la tripulación, el comportamiento de los pasajeros y el tipo de accidente influyen enormemente.
Un ejemplo claro es la evacuación. La mayoría de las muertes tras un aterrizaje forzoso no son por el impacto, sino por la inhalación del humo y el retraso en salir del avión. Aquí la preparación del viajero también importa: leer las instrucciones de seguridad, identificar la salida más cercana y mantener la calma pueden marcar la diferencia.
Los mitos más comunes
- “La primera clase es la más segura”: Falso. Aunque los asientos delanteros son más cómodos, los datos muestran que son de los menos seguros en caso de accidente.
- “El asiento junto a la salida de emergencia siempre salva”. Cierto en parte. Ayuda mucho, pero no garantiza nada si la salida queda bloqueada o dañada.
- “Da igual donde te sientes, todo es azar”: No del todo. Aunque la suerte influye, los patrones estadísticos son claros: parte trasera + cerca de la salida = más probabilidades.
Entonces, ¿cuál es el asiento más seguro?
Según el análisis conjunto de la FAA, la NTBS y estudios independientes.
- Zona trasera del avión: filas después de las alas.
- A menos de cinco filas de una salida de emergencia.
- Preferiblemente en pasillo, para una evacuación más rápida.
En resumen, si tu prioridad fuera únicamente la seguridad, lo ideal sería pedir un asiento trasero, cerca de una salida y en el pasillo.
Reflexión final
La ironía es que, aunque existen estadísticas que señalan asientos más seguros, la probabilidad de que los necesites es bajísima. La posibilidad de morir en un accidente aéreo es de aproximadamente 1 entre 11 millones, mucho menor que en un coche (1 entre 5000).
Aún así, conocer estos datos ofrece algo más de tranquilidad: nos recuerda que la seguridad en la aviación está pensada al detalle y que, aunque no podamos controlar todo, elegir bien un asiento puede ser ese pequeño extra que nos dé ventaja en un caso extremo.
La próxima vez que reserves un vuelo, quizás ya no pienses solo en la ventanilla para disfrutar de las vistas. Tal vez consideres también ese pasillo discreto en la parte trasera…porque, según las estadísticas, podría ser el lugar más seguro del avión.